NUESTRO JUEGO HIZO PARAR LA LLUVIA

20:15h, me quito las medias y el vestido y me pongo los pantalones cortos y la camista. Salgo de casa camino a la pista de baloncesto. No me lo puedo creer, llueve. Todo el día saliendo el sol y justo ahora se pone a llover. No importa. Sigo adelante disfrutando de cada gota que salpica mis gafas. Me temo un brikindance general. Cuando llego, los más puntuales ya están en la pista practicando los primeros Tiritos. Dejo las bolsas y me uno a ellos. Poco a poco la pista se va llenando. Los jugadores acuden.
Fuera, sigue cayendo la lluvia.
Nuevos fichajes: Oliver, esta vez el de verdad.
Nos dividimos en dos equipos, como siempre. Como somos 11 me quedo en la banda recogiendo las mejores jugadas en video.
Los blancos macachan. El cosí pide tranquilidad y no precipitación pero no le hacemos caso. Jugamos acelerados, erramos los pases y no hay manera de meter la bola en la canasta.
Pasan los minutos y la panadera se va haciendo histórica.
El silbato del chico de mantenimiento aviso los cinco últimos minutos.
"El que meta la última gana"
Jugadas cutres y erráticas se sucenden hasta que finalmente la lluvia para. Un robo de balón. Las luces se apagan. El público se pone en pie. Corean. Empiezo a correr por la banda derecha. Un pase largo. La paro con la mano y me dispongo a botar el balón en dirección al área contraria. Gritos. Tú sola! Sigo botando. El defensa se acerca e intenta intimidarme. No puede. Estoy decidida. Esta canasta es mía. Sigo avanzando. Siento cómo los focos me iluminan. Los aplausos. Llego hasta el area. Cojo el balón con la mano derecha. Dos pasos más. Lanzo y....CANASTA!!!!
Los negros se llevan el partido.
Ducha. Ropa limpia y bocadillo de lacón en el bar de siempre.