Hay que reconocer que la organización estuvo perfecta, como siempre. Como si fuera un circo de tres pistas, la paella, la carne y los calçots se preaparon con amor y voluntad. En todas las mesas había comida: tortilla de patatas, croquetas de setas, ensaladas varias, guacamole... Todo lo necesario para que los invitados se sintieran como en casa.
Las horas fueron pasaron y entre bocado y bocado nos pusimos a rodar una peli que pronto tendréis en vuestras pantallas.
De momento un adelanto a modo de fotos...
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