dimecres, 10 de novembre del 2010

PARTIDO #4: ESPESOR Y CONDONES

No ha llegado aún el invierno a la ciudad condal pero se anuncia. Y se anunció ayer con fuertes rachas de viento huracanado en el pabellón (desprovisto de paredes) de los Tiritos, provocando que la lona que nos separa de los futbolistas de al lado se desplazara casi hasta el centro de la cancha. Pero ahí estábamos nosotros, en pantalones cortos y con las canillas al aire. Lo que no mata engorda.
Una vez hechos los equipos estrenamos la sana costumbre de diferenciarnos por colores: blanco y negro, como si de ajedrez o de un estado gringo-sureño se tratara. Esta práctica, adoptada hace tiempo en otras ligas, facilita que el riego sanguíneo se dedique exclusivamente a las evoluciones del juego y no a pensar en si voy con este o con el otro. Lo cierto es que los jugadores con gafas lo agradecemos, aunque haya algún disidente vestido de gris, que siempre los hay, y no miro ni señalo.
Comenzó la cruel lucha entre blancos y negros (y no estoy hablando de las guerras Zulús) propiciando destellos de calidad en los dos bandos, promesas de un futuro de incontables deleites para los espectadores, que también somos nosotros, cuando paramos para recobrar el aliento.
En el equipo negro, el eje Pau-Pablo sorprendió a todos con sus pases de fantasía, que rebotaron en pies y rodillas varias a la espera de una mayor coordinación entre jugadores que aún no se conocen pero ya están tonteando, “com aquell qui diu”. Anna se salió, como lleva saliéndose desde que viene. Lídia , al parecer totalmente recuperada de su lesión, no machacó porque no quiso. Y yo de estorbo, aunque creo que de momento sólo para el equipo contrario, o sea que bien.
En el equipo blanco Sergi y Marc se afianzaron como pívots ofensivos (a mí me ofendieron), Luis (el otro) estaba en todas partes, y el tándem Paula –LaPerla nos volvió locos por la izquierda (puede que también por la derecha pero este reportero no los siguió hasta allí porque tenía que respirar).
Total, que no sabemos cómo quedamos pero cuando sonó el silbato señalando el final del partido teníamos ganas de más.
Se me comentó que la fábrica de talentos estuvo demasiado técnica ayer, y que no llegaron a paladear el sabor de la gloria como otros días, sin duda por culpa de los gestores de tan excelsa sección del club. Pero no nos dejemos engañar: privados del tiro a canasta, cuando salgan al campo el día del partido serán como leones detrás de un cristiano cualquiera.
Y además alguien trajo condones. Sin comentarios.

El iustisiero

6 comentaris:

  1. Y no olvidar lo que ya empieza a convertirse en tradición, el final de fiesta en el club social con una pequeña ración de bravas.
    (Marteta)

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  2. Sí señor, esas bravas!!!

    (Lou)

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  3. redaccion...impecable, estructura del texto...superlativa, malabarismo lexico...inigualable. Este hombre deberia venirse o venirsus a la fabrica de tiritos o empezar con la biografia no autorizada de los tiritos.

    (La bestia)

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  4. A pesar del espesor hubo pases preciosos

    (Johnny)

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  5. La tecnica lo es todo amigos. Toda gran catedral se asiento sobre unos firmes fundamentos, como el baloncesto se construye sobre una solida base.

    Mente sana in corpore sano. I viceversa.

    (The pseudo-coach)

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  6. ¡Luis, eres un poeta!
    Te haría el nininí pero escrito no queda igual de irritante.
    Una vez más he sido baja debido a mis deberes de inglés. A ver si el próximo martes...
    ¡Un besico a todos!
    Candela

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