dijous, 10 de març del 2011

LOS MIÉRCOLES NO MOLAN

Como esta semana el Barça jugaba los octavos de la Champions en martes y en horario Tiritos, decidimos alterar el orden de las cosas y pospusimos nuestra cita semanal hasta el miércoles. Después de un lunes festivo y un martes de infarto (los que visteis el partido supongo que coincidiréis) lo de jugar en miércoles parece que no acabó de cuajar. Demasiados handycaps, demasiados cambios. Los Tiritos son jugadores de costumbres y por lo que parece cualquier alteración de sus rutinas provoca consecuencias negativas.
En resumen, que fue un partido un poco de mierda.
Para empezar tuvimos un poco de caos a la hora de organizar los equipos. Demasiadas camisetas negras y pocas blancas. Una vez solventado el tema de la indumentaria pasamos a lo que creíamos que era lo bueno, jugar. Pues no. El partido empezó con los jugadores fríos y fallones. Pases imprecisos, tiros que no entraban y frustración en nuestras caras.
"El primo" intentaba ordenar el juego de su equipo, pero nada salía bien. Reinhard, aunque efectivo como siempre parecía que había perdido esa chispa que lo hace especial. Serge no conseguía encestar ni estando solo bajo el aro. El Tríplex no encontraba la diana y Químico Pérez se especializó en parar la pelota con sus partes nobles. Tres veces su virilidad entró en contacto con la pelota. Todos estábamos preocupados.
Poco a poco, pero, la cosa se fue entonando. Las primeras canastas. Los primeros gritos de ánimo y por fin, un poco de brillo en los ojos. Los blancos, de todas maneras, parecían haber quedado atrapados en los brazos de Morfeo y no conseguían articular jugadas con "final feliz".
Poco a poco, la distancia entre marcadores se fue haciendo tan grande que tuvimos que parar el partido y hacer una nueva distribución de jugadores. La paliza era tan espectacular que no era ni divertida.
Una vez elaborados los equipos nuevos volvimos a nuestra rutina de juego. Pases rollo espectáculo, canastas desde la línea de 6,25 y "asociaciones" perfectas entre jugadores. Durante un par de minutos la cosa volvió a fluir como en otras ocasiones.
A la media hora de juego, llegaron los rezagados. Los que no habían revisado el mail con la información de nuestra nueva cita. Una vez se cambiaron y los incorporamos al juego, el chico de mantenimiento pitó el final del partido. ¡No podía ser! Todos necesitábamos más.
Con caras taciturnas y ojos llenos de desilusión los chicos se dirigieron a las duchas donde dejaron correr su tristeza por juego mostrado por el sumidero.
Una vez pagada la pista, nos dispusimos a realizar nuestra visitar ritual al bar y endiñarnos entre pecho y espalda nuestro bocata de lacón.
En definitiva, los miércoles no molan.

4 comentaris:

  1. cierto, los miercoles no nos molan.

    (escrito con voz aflautada resultado de la reiterada agresión a mi virilidad del último partido)

    (anonimo)

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  2. me solidarizo con el afectado, se muy bien que se siente...


    beep beep

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  3. llevamos dos semanas haciendo carambola, quien será el próximo? Temblad, que el dia de tocar las pelotas se acerca!! bua bua bua (risa maléfica)

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  4. Menudo drama.

    Douglas Sirk

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